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La historia, nuestra historia nos enseña que en los tantos intentos, desgraciadamente fallidos en su mayoría, de lucha por la democracia, por la sustentabilidad de esta en nuestra nación, explica que existe un gran bienestar social siendo gobernado el pueblo por líderes civiles que en comparación con aquellos que pertenecen o pertenecían a las fuerzas militares; era necesario y justificable, que en los principios de nuestra historia hayamos sido gobernados por el uniforme, ya que habiendo obtenido la victoria en la guerra contra los realistas, y estableciéndose un nueva república, no era claro en aquel tiempo quienes eran los verdaderos hombres que apoyaban tal proyecto de independencia;  pero aun así hasta algunos de tales personajes, dentro de los más importantes, creían que el momento dentro del siglo XIX en un civil ostentara el poder, ya había llegado. Como fue el caso de José Antonio Páez el cual trato de que la llegada al poder del Dr. José María Vargas se hubiese mantenido, lo cual no resulto.

Intentamos con Medina Angarita y fracasamos, al igual que con Gallegos; las fuerzas no dejaban de insistir en tener el poder, el caudillismo siempre se interponía y cada vez nos atrasaba políticamente, no se establecía aún un verdadero ideal de formar república, exceptuando al federalismo.

Es lógico, pensar que ya llegado el siglo XXI, tales muestras de nuestra historia nos sirvieran como guía en el constante desafío de sostener nuestra democracia.

Por ello, grandes pensadores entre los que se pueden nombrar como el Dr. Arturo Uslar Pietri y el también escritor Guillermo Morón, ayudaron al conocer y entender nuestra historia, pues imposiblemente más obvio que ahora “es necesario comprenderla antes de tomar prontas decisiones importantes” es primordial saber y razonar nuestro pasado, para que este nos de la moraleja que necesitamos.

Hoy en día, observamos que la mayoría de nuestros poderes administrativos e incluso constitucionales están en manos de militares nuevamente como hace ya más de 50 años, cosa que ha tenido su efecto negativo ante la sociedad, a raíz de ello, aparecen la corrupción y el abuso de poder en nuestro día a día, y lo peor, se empieza a creer que ya es costumbre.

Es igualmente de racional la obligación que se tiene con respecto al fundamento de instaurar nuevas reformas que velen por eludir tales hechos como los que fueron y son actualmente, han de instaurarse dentro del margen legal como dentro del margen moral.

Militarismo y Democracia

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Por alguna razón se ha de estudiar la historia, quizás en ella este la salida o la explicación sobre los distintos problemas que afrontamos en nuestra época, hoy en día se debería realizar una análisis sobre la gran coincidencia que se puede advertir entre la política Fascista y el actual sistema político de gobierno que se aplica en Venezuela, es decir, hablamos sobre la llamada: Revolución Bolivariana. Estas son dos ideologías de carácter autoritario, autocrático, antiliberal, militarizadas y sin obviar, antidemocráticas; cuyo fin es someter a un pueblo obviando tan descaradamente los principios y valores, democráticos y soberanos del estado en general.

Al mencionar la palabra “Fascismo” nos referimos al ideal político creado por Benito Mussolini e implementado en Italia mediante su larga dictadura y en Alemania tras la llegada al poder de Adolfo Hitler, este suceso se remonta a los años 1918-1939, siendo ejecutados bajo el análisis: El pueblo es el cuerpo del Estado, y el Estado es el espíritu del pueblo. En la doctrina fascista, el pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo; todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.

Una ideología que se basa en eliminar al pluralismo puede ser o se considerada  una plaga para la democracia de sus ciudadanos, un medio que viola todo principio democrático, y en la cual los pensamientos de igualdad, respeto y unidad no podrían subsistir, ni siquiera existir, intención que necesariamente ha de ser interrumpida. Una política como tal no tiene más que solo un objetivo como base: romper algo tan necesario como el estado de derecho y el republicanismo.

La implementación de un fascismo en Venezuela es nada más que aceptar la violación de los derechos humanos, la existencia de una supremacía militar, el control de los medios de comunicación, el uso del miedo para el control de las masas, el amiguismo y la corrupción, elecciones fraudulentas; hechos que ya son notados por los ciudadanos en su día a día.

La democracia ha de ser el alma que es compuesta por los ciudadanos, sin la cual no debería de funcionar un estado, la soberanía ha de ser respetada y necesariamente respaldada constitucionalmente de manera clara y transparente. Siendo lucha principal el evitar las muertes, persecuciones y violaciones, que son las raíces del fascismo.

Debemos de observar con muy buenos ojos el hecho de que nos encontramos delante de un gobierno que dice ser izquierdista (socialista). Pero que en realidad aparenta y actúa de forma derechista, en cuyos periodos de igual forma se puede observar el monopolio y la oligarquía como medidas gubernamentales.

La inflación, y el alto costo de la vida son solo características de un mal sistema administrativo, lo que en realidad a de preocuparnos son las repercusiones de tal política en la sociedad, y lucha venidera por el recuperar y reorganizar nuevamente nuestro estado, el reformar la ley y el resguardar, blindar y establecer la verdadera democracia.

De Izquierda a Derecha

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